El de paisaje es un concepto que utilizamos de distinta forma dependiendo del campo de estudio con el que estemos trabajando, no obstante, siempre implica los mismos actores: un sujeto que lo observa y un sujeto que es observado. El paisaje es un terreno que, por sus cualidades espaciales, visuales y físicas se convierte en un objeto que merece ser observado.
El paisaje es cualquier zona de la superficie terrestre que, a partir de la interacción que han provocado en ella distintos factores, le han dado unas características propias y ofrecen un reflejo visual de ese espacio. Pero no solo existe un solo tipo de paisaje. ¿Quieres conocer la diferencia entre paisajes naturales y culturales? Sigue leyendo el siguiente artículo de Ecología Verde y te lo explicamos.
Diferencia entre paisaje natural y cultural
Nuestro planeta es enormemente rico y variado, en todos los aspectos, y obviamente también lo es en los paisajes. A continuación vamos a hablar más en profundidad sobre este fenómeno, las diferentes tipologías de paisaje y los factores que intervienen en su formación y transformación.
Los paisajes representan grandes (o no tan grandes) extensiones de terreno que se forman por elementos físicos y naturales que, ya sea por sus peculiaridades o características, nos captan la atención y representan la expresión geográfica de una región concreta.
Tradicionalmente entendemos que los factores que más influyen en el paisaje son la vegetación y el relieve, puesto que son los que se perciben más fácilmente. Por ejemplo, el relieve es el que ejerce control sobre la temperatura y la precipitación, y la vegetación es el elemento visual que más y mejor se percibe. No obstante, desde hace siglos, el hombre y su acción también es un factor inalienable en la formación y transformación de los paisajes.
Cuando observamos un pasaje, en él, podemos ver reflejada las diferencias y la variedad de climas, relieves y modos de vida de las distintas sociedades humanas, a través del mundo y a través de la historia. Es por eso que se habla de paisajes naturales y paisajes culturales o humanizados. ¿Quieres conocer sus diferencies? En los siguientes apartados te explicamos cada uno de ellos.
Paisaje natural: definición y geografía
Todos los paisajes son distintos, no es lo mismo la vista que nos ofrece lo alto de un rascacielos de Nueva York que mirar alrededor nuestro en el desierto del Sáhara. Más allá de las diferencias naturales que puede haber, hay espacios en los que la intervención del hombre es máxima y otros en las que se conserva totalmente la acción de la naturaleza. Esa es la diferencia entre el paisaje natural y el paisaje humanizado o cultural.
Si bien hace décadas gran parte de la Tierra estaba formada por paisajes naturales, a día de hoy es más complicado encontrar un sitio en el que el hombre no haya intervenido y lo haya modificado. No obstante, aún es posible encontrar sitios en los que la intervención humana es mínima o nula, esos son, precisamente, los paisajes naturales. Así pues, podríamos establecer la definición de paisaje natural como aquel territorio que no ha sido modificado ni alterado por la acción del hombre, que tiene unas características propias producto de la acción de factores climatológicos, geológicos y naturales. A día de hoy, los paisajes naturales los encontramos en las zonas montañosas elevadas, los dos polos, ciertas zonas costeras, el bosque tropical o los desiertos. Todos ellos tienen en común que son zonas de acceso complicado o que las condiciones son tan extremas que la vida humana es inviable.
Como acabamos de explicar, el paisaje natural es aquél que se ha formado sin que el hombre haya intervenido, es decir, que únicamente consta de elementos naturales. A continuación te explicamos los componentes del paisaje natural:
Área: es decir, el espacio de tierra que queda dentro de unos límites concretos. Por ejemplo, las cataratas del Niágara están en una zona concreta de la frontera entre Estados Unidos y Canadá, y la selva amazónica en un área delimitada, aunque extensa, de Sur América.
Relieve: son todas las formas y accidentes que encontramos en la superficie terrestre. Algunos ejemplos de relieve son las montañas, las cordilleras, los valles o las llanuras.
Agua: todos sabemos lo que es el agua, esta combinación de oxígeno e hidrógeno que posibilita la vida en nuestro planeta. Como no podría ser de otra forma, siendo el principal componente de la superficie de la tierra, es muy importante en la formación del clima, puesto que es imprescindible tanto para la flora como la fauna.
Clima: Son las condiciones atmosféricas de una zona concreta. Aquí, incluimos tanto la temperatura, como el viento, la presión o las precipitaciones.
Suelo: Es la zona superior de la superficie terrestre, es decir, la capa de la corteza con la que estamos en contacto. Esta está formada por las rocas que se van descomponiendo, ya sea por la acción del agua, viento, seres vivos como por los cambios en la temperatura. Del mismo modo, según el tipo de suelo va a crecer un tipo de vegetación o no.
Minerales: son la materia inorgánica que se encuentre en las distintas capas de la corteza terrestre, algunos ejemplos son la plata, el cobre o el oro, pero también encontramos los minerales que no son metálicos, como la sal o el azufre.
Flora y fauna: es decir, tanto las plantas, árboles y arbustos como los animales que viven en una zona geográfica concreta. Por su parte, estos dependen del clima y las características de un paisaje para poder habitarlo, pero a su vez influyen en él y los transforman.
Paisaje cultural: definición y características
Pero aunque el paisaje natural pueda ser admirable de contemplar y de una belleza inconmensurable, la mayoría de las veces resulta demasiado hostil para que el ser humano pueda vivir en él. Esta es la razón por la que los humanos hemos ido modificando estos paisajes para adaptarlos a nuestras necesidades y poder sobrevivir: así es como nace el paisaje cultural. Construcciones de viviendas, caminos y redes eléctricas, la agricultura y otras acciones han modificado el paisaje natural hasta convertirlo en un paisaje humanizado.
A continuación te explicamos los componentes que constituyen un paisaje cultural:
Población: es decir, cualquier persona de las que habita en la Tierra, los grupos humanos que viven en este planeta. No obstante, la población no se distribuye de una forma homogénea, sino que se concentra en ciertos puntos con más densidad que otros. Así pues, el las ciudades se aglutina la mayoría de la población, siendo los sitios en los que el paisaje cultural resalta más.
Vivienda: las construcciones cubiertas hechas para que las personas las habiten. Los hay de muchos estilos y formas dependiendo de la población y el lugar que ocupen, puesto que se adaptan a los materiales, clima y uso que se les puede dar. Por ejemplo, no es lo mismo una casa construída en una zona tropical que las viviendas de zonas montañosas.
Producción: son todos aquellos elementos construidos o creados por el ser humano con la voluntad de transformar ciertos elementos naturales para así adaptarlos a sus usos. Un ejemplo de ellos son las fábricas, donde a partir de materias primas se transforma un producto hasta convertirlo en un producto distinto que tenga usos distintos.
Comunicación: todo aquello que se ha construido para conectar personas, pueblos o países, es decir, ferrocarriles, carreteras, aeropuertos, puertos, líneas eléctricas, cables de teléfono, etcétera.
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